Blog de 5IB de la Escuela ORT 2008, para la clase de Imagen y Comunicacion, y otras asignaturas
El lugar que elegi es el Obelisco de Buenos Aires.La imagen Satelital:El Slide:La Imagen de Photoshop:La grabacion:El texto:El Obelisco volvió a sonreír y se vistió de vuelta olímpicaLa Plaza de la República resumió la locura desatada a lo largo del país. Seis mil personas reclamaron una estatua para Merlo y reivindicaron el derecho a delirar de la hinchada más sufrida de todas.Una semana después de que el Obelisco y sus alrededores se llenaran de gente que protestaba y enloqueciera ante la crisis económica y social, la zona caliente volvió a estallar. Pero esta vez la explosión fue de alegría. Ese Racing de tantos sueños rotos, tantas ilusiones interrumpidas, pudo por fin desahogarse.Las 6.500 almas que cortaron 9 de Julio y Corrientes no paraban de abrazarse y de cantar, con sus banderas y camisetas que volaban por arriba de sus cabezas. El canto que más se escuchó salir de esas gargantas, ya ásperas de tanto gritar, fue el tan esperado: "Dale campeón/ dale campeón...". Aunque inmediatamente después sonó el nombre de uno de los artífices de esta alegría y el monumento que le preparan sus hinchas: "Se viene la estatua de Merlo..." y casi sin pausa la frase más escuchada del año: "Que de la mano/ del paso a paso/ todos la vuelta vamos a dar...".Deliraban los hinchas. Era su día. Uno de los primeros en llegar, apenas terminado el partido, fue Claudio (30 años, empleado). Vestido de impecable traje negro, ya sin la corbata que luce a diario y totalmente desaforado, decía: "Volví a vivir. Hace años que no veía algo así. Esto es increíble...". No podía decir mucho más. Se le entrecortaba la voz y se le llenaban los ojos de lágrimas.
El Obelisco volvió a sonreír y se vistió de vuelta olímpicaLa Plaza de la República resumió la locura desatada a lo largo del país. Seis mil personas reclamaron una estatua para Merlo y reivindicaron el derecho a delirar de la hinchada más sufrida de todas.Una semana después de que el Obelisco y sus alrededores se llenaran de gente que protestaba y enloqueciera ante la crisis económica y social, la zona caliente volvió a estallar. Pero esta vez la explosión fue de alegría. Ese Racing de tantos sueños rotos, tantas ilusiones interrumpidas, pudo por fin desahogarse.Las 6.500 almas que cortaron 9 de Julio y Corrientes no paraban de abrazarse y de cantar, con sus banderas y camisetas que volaban por arriba de sus cabezas. El canto que más se escuchó salir de esas gargantas, ya ásperas de tanto gritar, fue el tan esperado: "Dale campeón/ dale campeón...". Aunque inmediatamente después sonó el nombre de uno de los artífices de esta alegría y el monumento que le preparan sus hinchas: "Se viene la estatua de Merlo..." y casi sin pausa la frase más escuchada del año: "Que de la mano/ del paso a paso/ todos la vuelta vamos a dar...".Deliraban los hinchas. Era su día. Uno de los primeros en llegar, apenas terminado el partido, fue Claudio (30 años, empleado). Vestido de impecable traje negro, ya sin la corbata que luce a diario y totalmente desaforado, decía: "Volví a vivir. Hace años que no veía algo así. Esto es increíble...". No podía decir mucho más. Se le entrecortaba la voz y se le llenaban los ojos de lágrimas.
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